Primeras confirmaciones de la programación 2021

Del 7 al 14 de diciembre, de forma presencial en sedes y también online para todo Chile, se desarrollará el 17º IN-EDIT CHILE, el único festival del país dedicado a cine y documental musical. Conoce a continuación los primeros estrenos confirmados:

Julien Temple, director habituado a documentar a los mal portados del rock, se centra esta vez en el inatrapable líder de The Pogues. 

Un collage asombroso (archivos, animaciones, entrevistas, confesiones familiares), tan hermoso como grotesco, bañado en alcohol y orientado por la tragicomedia. Shane MacGowan, compositor y poeta irlandés, primer cantante del grupo The Pogues, recibe aquí un homenaje sin juicios morales: su desastre y su ruina son tan definitorios como su talento y su legado. No sólo The Clash, Nick Cave, Bono y Bobby Gillespie (Primal Scream) se declaran fans: el famoso Johnny Depp se hace cargo de la producción general para que no queden dudas de su admiración sincera.

*Premio Especial del Jurado Festival de San Sebastián 2020.

Cantante, performer, escritora, poeta y figura clave de la no-wave neoyorquina, de alguien como Lydia Lunch no puede esperarse un autorretrato convencional. Éste es a la vez revelador y temible.

Se definió una vez como «exploradora de la paranoia femenina», adoptando con gusto el personaje escénico de «asesina sádica con cara de niña». Desde los años 70, Lydia Lunch decidió llevar al rock provocación y confrontación. Firme en la independencia de cánones comerciales, a solas y en bandas; en discos, películas y libros, exponer su intimidad y sus demonios ha sido para ella un camino creativo de excepcional honestidad. «La guerra nunca termina», repite. Frente a la cámara, le declaran su admiración Thurston Moore, Nicolas Jaar, Henry Rollins y Donita Sparks (L7).

Vida y obra de una de las voces más creativas y rupturistas del punk británico. Poly Styrene (1957-2011) estuvo en la avanzada feminista y la atención al pulso negro mucho antes de las riot grrrls y el afropunk, aunque pagó un costo por ello.

Poly Styrene, la cantante del grupo X-Ray Spex, fue un personaje. Pero este documental se detiene más bien en Marianne Elliott-Said, la mujer nacida en Inglaterra de madre escocesa y padre somalí, con una atribulada adolescencia y luego una difícil experiencia como madre. Es su hija, Celeste Bell, la codirectora del filme. Retrata a su madre en sus brillos y demonios: la avanzada como primera mujer afroamericana en liderar una banda punk, y a la vez las dificultades de convivencia derivadas de sus crisis mentales. Aportan al retrato célebres admiradoras: Kathleen Hanna, la diseñadora Vivienne Westwood, Neneh Cherry, el documentalista Don Letts y Thurston Moore.

El amor entre una acordeonista inglesa y un violinista serbio nos habla de compromiso con la música, de diferencias culturales y de humanidad, con una franqueza cautivadora fuera de lo común.

Este documental es uno de esos casos en los que la cámara se convierte en un personaje más. Faith, es inglesa, blanca y en uno de sus muchos viajes llega a Serbia para aprender a tocar el acordeón al estilo gitano. Conoce allí a Branko, serbio, gitano y violinista, quien jamás ha puesto un pie fuera de su región. Se enamoran e inician una relación musical ante una cámara que se convierte en su confidente. Con una cercanía inusual, presenciamos siete años de tragicómicos vaivenes emocionales y de costumbres, entre dos personas que probablemente lo único que tienen en común es la música.

Paseo por el nuevo flamenco a través de nueve retratos de personajes del baile, el cante, la poesía y el activismo. Al micrófono y frente a la cámara, entre otros, Rosalía, Silvia Pérez Cruz, Niño de Elche y Rocío Molina.

Sevilla y el flamenco, el flamenco y Sevilla: se mueven y respiran en un documental social, artístico y geográfico, valioso tanto por su investigación como por su registro vivo. Nueve figuras definen con sus vidas los límites espaciotemporales de la ciudad y también del arte y el baile tradicionales: la bailaora chilena Javiera de la Fuente, el poeta David Pielfort, la abogada gitana y feminista Pastora Filigrana, el palmero y bailaor flamenco Bobote, el cantante rom y bailarín húngaro Janek, la actriz gitana Rocío Montero, la bailaora afrobritánica Yinka Esi Graves, la torera gitana Vanesa Montoya y el propio director, Gonzalo García Pelayo. «El flamenco es negro y es gitano, y es andaluz, y es indio, y es pakistaní, y es musulmán y es cristiano y es ateo», oímos decir en este filme coral, presentado a la manera de un ensayo.

Dos amigas se alían para subvertir los códigos de lo que se supone es un documental biográfico en torno a una estrella del rock. No habrá aquí tomas de shows en la cúspide, entrevistas testimoniales ni alabanzas transversales. Ésta es otra cosa, por completo inclasificable.

Ambas mujeres han sido emblemas del rock de propuesta y la avanzada feminista en la cultura popular: St. Vincent y Carrie Brownstein (de la banda Sleater-Kinney, y actriz de series como “Portlandia”) desconfían por completo de las luces de las celebrities. Si deciden hacer un documental juntas será, precisamente, para dar vuelta el formato y dejarse sorprender ellas mismas con lo que salga. Y lo que sale es extraño, gracioso, disperso e inclasificable, aunque no por eso carente de reflexiones, puntualmente sobre la amistad, el ego y la propia identidad. La historia de dos amigas cercanas que intentan extraer verdad de un tema complejo hasta que el muro de espejos de sus propias vidas artísticas se las devoran por completo.

Alocado autorretrato en el que el quinteto rock de Bristol explica que sentirse unos marginados sin futuro fue el combustible para su éxito.

A pesar de su imagen salvaje y pasada de rosca, los rockeros Idles exprimen en sus canciones su vulnerabilidad e inseguridades. Este es un documental tan intenso como directo y falto de pretensiones, en el que se cuelan dolorosas historias familiares y también la voz de sus fieles fans, constituidos en redes sociales casi como un grupo de terapia. En el balance de su filosofía: la compasión como antídoto contra el odio y el cinismo, y  la diversión como resistencia. «En un mundo de persistentes microagresiones, es alentador escuchar verdades dichas de un modo simple» (The Guardian).